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Reportaje: Gasto social pero ¿en qué?

La pobreza sigue ganando la batalla. Vencerla es un deber moral y una meta alcanzable en la que pueden concertar y participar todos los sectores. En 1990 2.5 millones de hondureños vivían en extrema pobreza, pero ahora esa cantidad supera los tres millones de personas.

Honduras no ha podido enfrentar en forma adecuada y con éxito el combate de la pobreza. Miles de millones de lempiras ha destinado al sector social y la debilidad continúa: más de tres millones de hondureños están sumidos en la pobreza.

La pobreza sigue ganando la batalla. Vencerla es un deber moral y una meta alcanzable en la que pueden concertar y participar todos los sectores. En 1990 2.5 millones de hondureños vivían en extrema pobreza, pero ahora esa cantidad supera los tres millones de personas.

En 1990 el costo diario de la canasta básica de alimentos a nivel nacional era de 13 lempiras con 83 centavos. En la actualidad sobrepasa los 69 lempiras y el salario mínimo que se paga en Honduras por día oscila en L28.65 y L43.40.

Eso indica que muchos hondureños no pueden cubrir el costo diario de esa canasta básica de alimentos.

En los últimos 13 años el Gobierno Central ha asignado un total de casi 16 mil millones de lempiras a las Secretarías de Salud y Educación Pública. Las asignaciones presupuestarias han aumentado gradualmente.

Aunque incrementar los montos en el sector continúa siendo una necesidad, la nueva preocupación es la prestación del servicio, ya que se ha detectado baja eficiencia y eficacia en relación con el gasto público.

Esto ha hecho necesario introducir la equidad y la eficiencia como objetivos de la reforma social y como elementos importantes para lograr crecimiento.

El gasto social incluye gasto en educación, salud, vivienda, seguridad social y bienestar. Tal indicador ha aumentado en América Latina y a partir de 1993 tiende a estabilizarse.

Ineficiencia le gana carrera a inversión

En 1985, del presupuesto general de la nación que osciló en mil 854 millones de lempiras, al sector educación le fueron asignados L325.3 millones y a Salud L172.6 millones.

En los años subsiguientes el monto aumentó. En 1997 de los L12,998 millones de presupuesto general de la nación a Educación le fueron asignados L1,999 millones y L1,136 a Salud.

Para el presente año, según el presupuesto original, L2,706 millones corresponden a Educación y L1,336 millones a Salud.

En los últimos 13 años las dos Secretarías de Estado mencionadas han absorbido unos 16 mil millones de lempiras, entre pago de sueldos e inversión.

LA PRENSA intentó conocer a cuánto asciende la inversión en infraestructura, en el sector social incluyendo a otras instituciones, pero los técnicos competentes prefirieron no ofrecer la información porque temen ser despedidos.

En la memoria de 1996, de la Secretaría de Finanzas, se establece que el porcentaje del Producto Interno Bruto, PIB, destinado al gasto público, GT/PIB, fue de 25.8% en 1991; 27.6% en 1992; 30.7% en 1993; 26.5% en 1994; 25% en 1995 y 23% en 1996.

En tanto, el porcentaje del gasto total del Gobierno Central destinado a la prestación de servicios sociales en educación, salud y programas de compensación social, GAS/GT, fue de 27.3% en 1991; 28.7% en 1992; 28.4% en 1993; 26.7% en 1994; 27.8% en 1995 y 33.4% en 1996.

El porcentaje del gasto social asignado a preocupaciones de priodad humana: gastos en educación primaria, atención primaria en salud, saneamiento ambiental y transferencias al FHIS, PRAF y al SANAA, PS/GAS, fue de 54.2% en 1991; 52.4% en 1992; bajó a 51.3% en 1994; subió a 57.4% en 1995 y bajó a 53.2% en 1996.

El porcentaje del PIB asignado a preocupaciones de prioridad humana, calculado como el producto de las tres relaciones anteriores que equivalen a PS/PIB, fue de 3.8% en 1991; 4.7% en 1993; 3.6% en 1994 y 4% en 1996.

DEUDA SOCIAL

De Centroamérica, Honduras registra el segundo ingreso per cápita más bajo, después de Nicaragua. Figura entre los tres países más pobres de América Latina.

En 1990 los hondureños sumidos en la pobreza eran 2,527,257, cantidad que subió a 3,042,793 en 1997, lo cual indica un crecimiento de 515 mil personas bajo esas condiciones. El problema es mayor en el área rural.

Eso tiene mucho que ver con el ingreso. El actual salario mínimo diario, que varía según la ocupación, es de L28.65; L35.40; L29.80; L36.30; L32.10; L36.30; L32.10; L36.65; L36.15 y L43.40.

En enero de 1990 el costo diario de la canasta básica de alimentos era de L13.83; esa cantidad subió a L25.66 en enero de 1993 ; a L62.61 en enero de 1997; a L67.33 en enero de 1998 y L69.71 en marzo de 1998.

Ese aumento que supera el 300% ha afectado, en mayor medida, a los consumidores de escasos recursos económicos. El mayor crecimiento de precios se observa en los granos básicos, carnes y otros alimentos básicos.

En la década de los ochenta un dólar estadounidense valía dos lempiras. Hoy supera los 13 lempiras. Esto y el creciente proceso inflacionario reducen el poder adquisitivo de las personas porque los aumentos salariales no avanzan al mismo ritmo.

Los estudiosos relacionan el incremento del flagelo de la pobreza con la aplicación de las medidas económicas "estabilizadoras", sin políticas sociales eficaces, iniciadas por la gestión Rafael Callejas, continuadas por Carlos Reina y que siguen con vida en el actual gobierno.

La actual población hondureña se estima en 5.6 millones y se proyecta en seis millones para el año 2000.

A juicio de algunos analistas el 70% de hondureños está en pobreza absoluta pero otros dicen que es mayor del 80%. Esto hace temer por impactos negativos en los indicadores de educación, salud y nutrición, porque se podrían revertir algunos logros.

DISTRIBUCION DE INGRESOS

Uno de los indicadores más ilustrativos sobre el estado y evolución de la pobreza es la distribución del ingreso, que no ha cambiado mucho desde los años 60 y es que Honduras se caracteriza también por sus altos niveles de inequidad social.

Informes oficiales establecen que en 1992 el siete por ciento más rico recibía el 35% del ingreso nacional mientras que el 12% más pobre apenas recibía el 18% del total de los ingresos del país. El 40% de hogares con menor ingreso acumulan menos del 10% del ingreso nacional y el 10% de los hogares más ricos percibe el 50% del ingreso

DESERCION GENERA L.70 MILLONES EN PERDIDAS

El analfabetismo disminuyó de 42 a 32% entre 1974 y 1988, en 1993 a 29.4%. En 1994 el promedio de escolaridad para la población total fue de 4.2 años. Se estima que el 60% de la Población Económicamente Activa, PEA, tiene menos de tres años de instrucción.

El presupuesto para la educación superior absorbe el 18% del presupuesto total de la Secretaría de Educación, mientras que a primaria cuya cobertura sobrepasa el 86% se le asigna el 48% del presupuesto total del Ministerio.

Los expertos dicen que por la repetición y deserción en los tres primeros grados de primaria, el Estado pierde entre 70 y 114 millones de lempiras anuales.

Distintos análisis establecen que el país ha avanzado en el campo educativo, pero a un ritmo muy lento. Sin embargo, agregan que la actual educación no prevé programas relevantes para atender a la población del futuro. Una buena educación prepara a la persona a participar en su propio desarrollo.

Cuestionan a los maestros que repiten lecciones memorizadas. Señalan que en una escuela rural típica de los 200 días del año escolar el maestro apenas imparte unos 100 días de clases.

Es por eso que se habla del desafío de encontrar la manera de asegurar que los mentores cumplan con su deber profesional. Los analistas dicen que aunque los maestros han recibido contínuos aumentos salariales, el acelerado crecimiento de precios les ha reducido la capacidad de compra.

En los últimos 20 años, señala el estudio sectorial de Educación y Desarrollo, se ha registrado un aumento significativo en la educación promedio de la fuerza de trabajo hondureña.

La expansión educativa es una inversión del gasto público de gran valor y alto retorno. En 1996 más de 13% para primaria completa; 9% para secundaria completa y 14% para la universidad completa. Ahora se plantea calidad y no enfocar únicamente la cobertura.

PROBLEMAS DE ACCESO Y CALIDAD

Aunque el nivel de salud de la población ha experimentado mejoría, persisten problemas de acceso, cobertura y calidad. El desarrollo humano está siendo afectado por infecciones diarreicas, respiratorias, la desnutrición, malaria y Sida. Cada cuatro horas muere un niño menor de un año.

Desde la perspectiva de salud ambiental, hay bajas coberturas de atención sanitaria de las viviendas, control higiénico insuficiencia de alimentos, escasa dotación de agua para consumo humano, de servicios de disposición de excretas y basuras.

Las deficiencias nutricionales entrañan un costo socioeconómico a largo plazo para el país sobre todo por el daño que causan a la salud, el crecimiento físico, al desarrollo mental y a la capacidad de aprender en los niños de corta edad.

El porcentaje de niños con bajo peso al nacer, en establecimientos del Ministerio de Salud Público y el IHSS, osciló entre 7 y 8.7% en la década de los ochenta, y subió a 9.2% en 1992.

La desnutrición en menores de cinco años pasó de 48.6% en 1987 a 52.5% en 1991. La desnutrición crónica medida a través del indicador talla para niños en edades de seis y nueve años que asisten al primer grado de primaria, pasó de 35.5% en 1993 a 38.6% en 1995.

La escasa accesibilidad a los alimentos, producto del alto costo de la vida, hizo que en 1987 el 63% de las familias no cubrieran sus necesidades energéticas. En 1994 subió a 77%.

En Honduras, la PEA representa el 35% de la población total. La tasa de crecimiento del PIB a precio de mercado significó 3.6% y el promedio de crecimiento de la población fue de 2.8% en 1995.

En promedio 70 mil personas ingresan anualmente a la PEA, mientras que las oportunidades de empleo no se generan en esa misma proporción. La tasa de desempleo abierto fue de 4.6% de la PEA en 1996.

En los últimos años el país ha crecido a un promedio de 3.5 por ciento. Y el ritmo de crecimiento de la población es muy similar.

EFICACIA Y FINANCIAMIENTO DEL GASTO SOCIAL

Los organismos financieros internacionales dicen que América Latina ha aumentado el gasto social y en la medida en que se produce la recuperación económica y las tasas de crecimiento se estabilizan, crecen los programas sociales.

El informe anual del BID, de 1997, dice que en la actualidad ya no es tanto el financiamiento del gasto social sino su eficacia en la provisión de los bienes públicos y en el mejoramiento de la distribución de los ingresos. "El problema es más de asignación que de disponibilidad de recursos".

Pero la forma más equitativa y eficiente de utilizar esos recursos, indica el BID, parece ser la descentralización.

Fundamenta ese criterio en que acerca al consumidor al productor y permite combinar mejor las condiciones de oferta y demanda. En la teoría esto debería mejorar la eficiencia porque conduce a una mayor responsabilidad y a un mayor control de los costos por parte de los consumidores.

También facilita la competencia que conduce a una prestación más eficiente de los servicios. Abre las oportunidades de quebrar los monopolios sindicales en los sectores sociales.

Según el documento, en muchos casos los sindicatos han resistido la innovación y constituido la fuente del rápido crecimiento de los costos desde el punto de vista de la oferta, sin el correspondiente incremento en la calidad de los servicios provistos.

La descentralización facilita que se alcance a los pobres a través del gasto social concentrado en determinmados lugares y situaciones.

Las dos responsabilidades redistributivas más fundamentales de cualquier gobierno son facilitar el acceso a una buena educación primaria y secundaria, y atención de la salud.

HONDURAS Y SU POSICION EN DESARROLLO HUMANO

El desarrollo humano ubica a las personas como centro del desarrollo. Se interpreta como una meta cuyos objetivos son aumentar las capacidades y las oportunidades para la gente.

Requiere de una economía capaz de crecer sin poner en riesgo las oportunidades de las generaciones futuras y por tanto sin agotar los recursos naturales y el medio ambiente, pero al mismo tiempo con capacidad de traducir los logros económicos en bienestar social e individual la cantidad en calidad de vida.

El paradigma del desarrollo humano se basa en cinco pilares fundamentales: equidad, crecimiento económico, participación, sostenibilidad y seguridad humana.

En América Latina, la pobreza calculada por el ingreso es mayor que la calculada por el Indice de Privaciones Humanas, IPH. El 24% de la población es pobre en ingresos y sólo un 15% lo es según el IPH.

La globalización está produciendo una gran concentración de riqueza. En 1960, el 20% más rico del mundo tenía un ingreso 30 veces mayor que el 20% más pobre; en 1990 era 60 veces más grande y en 1994, 78 veces.

Para el Programa de las Naciones Unidas, PNUD, Las reglas del juego de la globalización deben ser claras y transparentes, sin perjudicar a los países más pobres ni ahondar las desventajas competitivas.

El PNUD establece que más de un tercio de la población de ocho países: Bolivia, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú, no tiene acceso a servicios de salud.

En el último informe sobre desarrollo humano, año 1997, Honduras ocupa el puesto 116 en el contexto de 175 países analizados. Tiene un desarrollo similar al de Namibia, Guatemala, Swazilandia, El Salvador y Bolivia, pero sensiblemente inferior al de otros países en desarrollo como Costa Rica, Panamá, Perú, Ecuador y Chile.

Honduras debería poder alcanzar una tasa de alfabetización del 90% e incrementar el ingreso per cápita en un 30%. Eso le permitiría avanzar en unas 16 posiciones en su clasificación actual.

Ambas metas podrían ser alcanzadas a través del esfuerzo conjunto del Gobierno, empresa privada, organizaciones de la sociedad civil y de la ciudadanía en general.

Por una parte, será necesario mejorar el uso de los recursos productivos, capital, trabajo y tecnología, para asegurar un mayor crecimiento.

Al mismo tiempo, la política social deberá ser orientada a asegurar el acceso universal y de calidad a los servicios públicos y al empleo para que haya equidad en la distribución de los frutos del crecimiento económico.

El economista Efraín Díaz Arrivillaga, quien junto a otros expertos elabora el Informe de Desarrollo Humano de Honduras, explicó que el promedio de crecimiento poblacional del país es de un 3% y el crecimiento económico de un 4 y 4.5%, y no a 6%, como sería el ideal inicial. Los índices de desarrollo humano siguen deteriorándose al igual que las posibilidades de invertir más en educación y salud.

EL INGRESO PER CAPITA

El ingreso per cápita promedio de América Latina y El Caribe son 3 mil dólares y Honduras tiene $600. Asimismo, el PIB real per cápita del 20% más pobre de Honduras en el período 1980-94 fue de $399; en América Latina y El Caribe de $932 y $768 en otros países en desarrollo.

En cambio, de 1980 a 1994 el 20% más rico de hondureños registró un PIB real per cápita de $6,027; América Latina y El Caribe $17,391 y otras naciones en desarrollo $6,194.

En comparación con Centroamérica, el Indice de Desarrollo Humano (IDH) de Honduras está en una posición intermedia. Belice, Panamá y Costa Rica están arriba y Honduras está ligeramente arriba de El Salvador y Nicaragua, no con muchas diferencias sino a nivel medio bajo. Al comparar con América Latina Honduras está muy por debajo.

Unos tres millones de hondureños tienen un desarrollo humano bajo. En este campo hubo logros en el período 1980-1990. A partir de los 90 la tendencia parece que es a estabilizarse o a revertirse. Por eso se busca un mayor crecimiento económico, que es un medio para alcanzar el desarrollo humano.

El vicepresidente del Banco Central de Honduras, BCH, Daniel Figueroa, dijo que la decisión del actual gobierno es mejorar la prestación del servicio de los sectores sociales. Y es que ya se detectó una debilidad: la calidad del servicio no corresponde a los gastos, que con el pago de impuestos hace el pueblo en el sector social.

LOGROS:

  • La esperanza de vida al nacer aumentó de 46.5 años en 1960 a 68.4 años en 1994.

  • Entre 1960 y 1994, la mortalidad de lactantes descendió de 145 a 40 por mil nacidos vivos.

  • El porcentaje de niños menores de cinco años con peso insuficiente ha disminuido de 23% en 1975 a 18% entre 1980/1996.

  • La tasa de alfabetización de adultos aumentó de 53% en 1970 a 72% en 1994

 

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